Una buena forma de análisis es comprender cómo y por qué fue diseñado de ésta o aquella manera un juego de rol. Los aspectos a reseñar sobre un juego dependerán en gran medida de nuestro análisis.
Al mismo tiempo, el análisis de un producto tendría que ir más allá de un gusto irreflexivo y “pasional”, más allá de una premisa sentimental por la cual nos atrae. De esta manera conseguiremos un criterio más amplio sobre cómo valorar los juegos de rol.
Lo primero y más importante en un juego de rol (según Vicent Baker) es definir el objetivo del juego. Por ejemplo, en D&D el objetivo como jugador es ver a nuestros personajes prosperar. Si el juego no define claramente cuál es el objetivo, la experiencia puede ser insatisfactoria.
Podríamos alegar que el objetivo del juego es que los jugadores se lo pasen bien, pero la forma de alcanzar eso es distinta en cada juego. Cuando tengamos claro el objetivo podremos comenzar nuestro análisis con el criterio correcto.
Además, hay tres preguntas que considero esenciales para encauzar un análisis, se basan en metodología específica de diseño de juegos de rol, las Big Three:
- ¿De qué va el juego?
- ¿Qué hacen los personajes?
- ¿Qué hacen los jugadores?
Vamos a analizar las tres preguntas y también el cómo responderlas adecuadamente:
Son claramente los temas o el tema del juego. Debería de poder resumirse en una o dos frases. Cuando respondemos a esta pregunta ya podemos clasificarlo. Al clasificarlo ya podemos comenzar a comparar con otras temáticas parecidas: si es fiel al género o por el contrario quiere innovar, la profundidad de sus temas, si se inspira en otros relatos…
La ambientación en los juegos de rol nos sugiere las temáticas adecuadas para jugarlo. Tenemos que tener claro que la temática no tiene que condicionar demasiado nuestro juicio valor como gusto personal.
Al analizar la temática veremos lo bien trabajada que está (si es coherente, si está diseñada para captar el interés, si está desarrollada en detalle durante el libro…), con independencia de su contenido. Hay temáticas a las que les va mejor un sistema en lugar de otro. Eso lo tendremos en cuenta para desarrollar en mayor detalle el análisis.
¿Qué hacen los personajes?
Se refiere a qué tipo de acciones son el foco de la narración. No debemos de creer que los personajes persiguen lo mismo en todos los juegos. Este punto está muy relacionado con la temática (o debería). Tenemos que ver cuál será el objetivo de los personajes, los problemas a los que se van a enfrentar y cómo los resolverán.
Para valorar esto tenemos que saber hasta qué punto estos aspectos ofrecen una buena o mala experiencia de juego. Pero de nuevo no en el contenido, sino en la forma de llevarlos a cabo. Es decir, no en cuanto a “hacer misiones” sino a “cómo se llevan a cabo las misiones”.
Tendremos que mirar cuidadosamente los aspectos formales evitando por completo el juicio de valor sobre el contenido en sí, sino la calidad del contenido. En esta pregunta también tendremos que plantearnos si hay restricciones a lo que pueden hacer los personajes y por qué.
¿Qué hacen los jugadores?
Responderemos conociendo si el juego requiere de un máster o no, qué recursos tendrán los jugadores para controlar los acontecimientos, cómo se llevarán a cabo las interacciones entre los jugadores…
Esta parte cubre todo el aspecto del “metajuego” y la experiencia lúdica a la que accederán los jugadores con sus personajes. Veremos si hay una forma de distribuir los turnos de palabra, si los jugadores controlan la narrativa o no, si el juego favorece el juego en equipo, si permite aconsejar “fuera de juego” a otros jugadores, etcétera.
Conociendo estas respuestas podremos saber si los jugadores tendrán una experiencia de juego buena o mala, en función de su perfil. El juego podría favorecer los grandes monólogos donde el jugador dice qué siente su personaje, o más bien favorecer la simple descripción de acciones. Todos estos aspectos resultan interesantes a la hora de analizar un juego porque nos dice exactamente cómo se va a sentir alguien en tanto jugador.
Más aspectos a tener en cuenta:
Conviene siempre tener en mente imaginar cómo sería una partida ideal con el juego en cuestión. Probarlo será también un punto muy a favor en nuestro análisis. Ésta es una lista útil a la hora de reseñar, y al mismo tiempo nos ayudará a analizar un producto con mayor profundidad:
- Género
- Ambientación
- Fundamentos del sistema
- Maquetación
- Ilustraciones
- Traducción (si la hay)
- Manejabilidad de la edición
- Dificultad de comprensión
- Creación de personajes
- Jugabilidad
- Resumen de cada capítulo
- Experiencia de juego
- Bueno o malo para el jugador
- Bueno o malo para el director de juego
- Bueno o malo para novatos
- Precio
- Lo mejor del juego
- Lo peor del juego
- Qué lo hace único
- Recomendación del juego, ¿sí o no, por qué y para quién?
Con esto estaremos valorando la calidad del producto, bien sea para adquirirlo o para recomendarlo. No es necesario tener en cuenta todos estos aspectos a la hora de valorarlo legítimamente, simplemente pienso que es una aproximación algo más objetiva a la hora de pelearse con un análisis o reseña.
¿Qué conseguimos con esto? Realmente poner nuestra mente a trabajar sobre la teoría del rol y reflexionar sobre el roleo en general, lo cual a largo plazo nos hará mejores roleros.
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Interesante. Me apunto esta entrada para mis futuras reseñas. 🙂
Me alegro de que te aporte! Gracias por comentar 🙂