Se aprende a nadar, nadando, o lo que es lo mismo: nada sustituye a la práctica. La práctica debería ser el eje central para avanzar en el conocimiento sobre los juegos de rol. Como regla general, lo prioritario es jugar y lo secundario es estudiar. A la hora de estudiar, en la mayoría de los casos es mucho mejor el debate que la lectura solitaria. El viejo Sócrates ya decía que el texto era inferior al diálogo porque a aquel no se le podía objetar esperando una respuesta.
El valor de la práctica a la hora de mejorar
De las ideas anteriores podemos extraer la siguiente: ‘si puedes jugar, juega antes que estudiar. Solo si no puedes jugar, y solo si quieres, estudia’. Cabe decir que cada uno es libre de decidir estudiar aún teniendo la oportunidad de jugar. Esta consigna solo acentúa el hecho de que generalmente es mejor estudio practicar que leer o incluso debatir.
De hecho, las buenas prácticas y consejos podrían verse simplemente como literatura. Esto creo que le sucede a muchos roleros que les gusta leer, pero luego solo un pequeño grupo intenta mejorar realmente su técnica. Los textos sobre buenas prácticas, en su mejor versión, solo pretenden apoyar la tarea principal, es decir, la práctica. A mi modo de ver, la regla del 80/20 la vería aquí conveniente. Un 80% dedicado a la práctica y un 20% al estudio.
Sobre la importancia de los juegos de rol
¿Jugar a juegos de rol es algo ‘serio’?
No es desde luego realizar operaciones quirúrgicas, ni pilotar un avión comercial, ni dictaminar sentencias judiciales. Tampoco es gestionar cultivos o granjas, ni transportar mercancías, ni diseñar artefactos que mejoren las condiciones materiales de la gente. El rol no perfila a priori ninguna de esas profesiones tan valiosas y útiles para la sociedad. Cuando decimos que nada sustituye a la práctica, es obvio que todas esas ramas del saber también se desarrollaron con práctica y no solo con estudio.
¿Son por ello los juegos de rol algo más accesorio, irrelevante, mero hobby, pueril incluso?
Respondamos con un ejemplo. El tenista Rafael Nadal es un deportista que, en última instancia, se gana la vida pasando pelotas por encima de una red. No parece algo muy útil para la sociedad, desde luego. Sin embargo, la gente lo admira y le sigue, desean verle jugar. Sufren y se alegran con él, y dedican su tiempo a seguir sus victorias y derrotas.
Otros ejemplos: ¿son los actores y actrices de Hollywood ‘tonterías prescindibles’ ya que tan solo producen películas? ¿Es una buena novela un mero amasijo de papel y tinta que solo sirve para perder el tiempo?
Dejémoslo en que hay cosas que nos permiten vivir bien, pero a veces hay otras que nos dan una razón para vivir. Ése es -en mi opinión- uno de los papeles del arte y el entretenimiento. Estos cumplen una función medular desde los inicios de la humanidad.
En mi opinión, es hasta tal punto crucial que contar historias fue una de las primeras actividades de nuestros ancestros protohistóricos. Su poder y magia ha llegado hasta nuestros días. El acto de comunión, diálogo e imaginación entre un grupo de personas es un fenómeno altamente satisfactorio para el ser humano.
En el rol, ‘nada sustituye a la práctica’ significa aprender jugando
Aprender jugando, suena bien, ¿verdad? ¿Qué conocimientos se retienen mejor que aquellos adquiridos mediante la diversión? Un juego de rol es ante todo un juego. Se supone que los juegos tienen que entretener, divertir. Aquello que te divierta a ti y a tu grupo será seguramente lo que debas aprender y reforzar. No confundas divertirse con solo reírse, uno puede jugar seriamente y estar divirtiéndose como nunca.
Si el grupo siempre necesitase la misma forma de divertirse aprender sería muy fácil. Sin embargo, lo normal es que las formas de divertirse incluso dentro de un mismo grupo vayan variando a lo largo del tiempo. Es en ese aspecto donde aprender influirá en gran medida. Aprender nuevos recursos para la diversión y el entretenimiento nos permitirá influir en esos cambios en las preferencias y el ánimo de nuestro grupo.
Entiendo aquí la diversión no solo como alegría, jolgorio, o júbilo. Divertirse significa también todo lo que haga del paso del tiempo algo agradable o interesante. En mi opinión, entretenerse con el rol tendría un matiz de grado menor, sería todo aquello que hace del paso del tiempo algo menos perceptible.
El aburrimiento en los juegos de rol
Una partida de un juego de rol es un gran antídoto contra el aburrimiento: su carácter activo, la estimulación de la imaginación, la creatividad, la solución de problemas, la novedad de ser un personaje… También el diálogo con el resto de jugadores, la libertad de acción, la actitud lúdica, y la emoción de los dados, entre otras cosas.
El arte de no aburrir (y no aburrirse) es en mi opinión digno de ser cultivado. Sucede también en este caso, que nada sustituye a la práctica a la hora de aprender este ‘arte’. La capacidad de hacer pasar un buen rato a las personas, e incluso divertirlas, no es una habilidad de escaso valor precisamente. No pocas personas te lo agradecerán más que si diseñas la teoría definitiva del campo unificado.
Si nada sustituye a la práctica, practica, es decir, ¡juega!
Juega siempre que puedas y quieras. El estudio es accesorio. Ni si quiera hace falta que luego reflexiones mucho. Si hay algo que realmente ha salido mal, lo sabrás inmediatamente. Si el resultado final es bueno, ya es suficiente. No todas las partidas saldrán ‘perfectas’. Esto es algo que se hace en directo, no se puede corregir ni editar. Por tanto, mejorar solo será realmente útil para que el grupo se divierta más y mejor, y de más formas.
¿Crees que este es el enfoque correcto? ¿Algo obvio? ¿Crees necesitar estudiar más para sentirte cómodo jugando o dirigiendo? ¿Dedicas más tiempo a leer y pensar sobre teoría rolera que a jugar? ¿Prefieres jugar a rol o más bien leer y charlar sobre rol? ¿Crees entonces que nada sustituye a la práctica? Te animo a que juegues sin reservas y disfrutes durante el proceso. Fallar no es fallar si el grupo se divierte. ¡Estaré encantado de hablar sobre todas estas cuestiones contigo en Twitter!
Por cierto, no me malinterpretes con lo de no estudiar, ¡a mí me encanta! ¿Por qué no te iba a gustar a ti? Si quieres profundizar un poco más sobre el tema, te dejo un artículo para mejorar aquí. También puedes leer aquí un artículo más riguroso de Hardvard Business Publishing sobre la importancia de practicar en cualquier campo del conocimiento.