Siempre me han gustado las conversaciones interesantes. Una conversación real ya es muy placentera si es interesante. Entonces, ¿qué hay de una conversación siendo un personaje? Puede ser genial. En mi opinión, estos diálogos son el alma del roleo. Con ello conseguimos definir en alto grado nuestra interpretación.
En general, que algo sea interesante ya es muy subjetivo. El interés depende de quien lo juzgue. No obstante, las conversaciones interesantes dependen de captar la atención. Si conseguimos captar la atención, opositaremos a generar interés.
Las conversaciones interesantes merecen el esfuerzo
Hacer un diálogo interesante no siempre es fácil. ¿Cómo saber qué le interesa hablar a un jugador? ¿Y a su personaje? Por ese motivo, primero tenemos que intentar captar su atención. Una vez captada la atención, en teoría siempre habrá interés si hablamos de cosas que le importen al personaje.
Las conversaciones interesantes nos permiten tener momentos de gran carga dramática. Estos diálogos crean situaciones donde los personajes revelan lo que son y generan un buen ambiente narrativo. Además, propician una interacción entre personajes que es muy placentera.
Hemos dicho que no sabemos qué es interesante para alguien en concreto. Si bien esto es cierto, hay ciertas cosas que resultan interesantes por la forma en la que se presentan. De ese modo, no estaríamos atendiendo a un contenido específico, pero la forma de encauzar la conversación generaría interés.
Los siguientes 4 consejos vienen traer cuatro formas para generar ese interés.
Consejo #1: Responde con frases inesperadas
La mayoría de nuestras interacciones en el día a día no son muy interesantes. Los diálogos siguen habitualmente un curso esperable. Aunque la información que obtengamos sea valiosa, las conversaciones suelen ser aburridas.
Cuando obtenemos una respuesta inesperada, forzamos a nuestra mente a salir del piloto automático. Este automatismo proviene de que escuchamos para responder y no para comprender. Una respuesta inesperada nos hará pensar, y cuando pensamos estamos entretenidos.
Un ejemplo simple:
Un personaje se acerca a un vendedor de armas y le pregunta: “¿cuánto cuesta esa espada?”. El jugador ya espera una respuesta, la obvia. Pero acto seguido el vendedor replica: “¡Ja! ¿Crees que puedes permitirte esta belleza?”.
La respuesta del vendedor ya nos incita a tener una escena fuera de lo esperable. ¿Cuáles son las intenciones del vendedor? ¿Por qué responde así? Su respuesta define su carácter y da pie a una conversación fuera de lo habitual. Como es obvio, ciertas respuestas deberían ser esperables.
Consejo #2: Las conversaciones interesantes tienen conflictos
Es importante reconocer que el conflicto es el corazón de la narrativa. Por supuesto, el conflicto no significa necesariamente un combate. Este surge cuando dos partes intentan conseguir objetivos excluyentes entre sí. Es decir, si una parte lo consigue, la otra no.
Todos los personajes deberían de tener objetivos, favoreciendo así la aparición de conflictos. Esto no significa que todos los personajes sean beligerantes o poco cooperativos. Es más, si los aliados tienen objetivos mutuos y excluyentes también dará paso a situaciones interesantes.
¿Cómo conseguimos que el conflicto genere un buen diálogo? Haciendo que el diálogo sea necesario para superar el conflicto. Hay un problema habitual en este punto. El conflicto social puede ser resuelto con una tirada de dados. Eso haría que no hiciesen falta conversaciones interesantes, ni siquiera aburridas.
Sin embargo, con esta dinámica tenemos que tener precaución. Habrá jugadores que querrán intervenir una vez y luego que su tirada de dados lo consiga. Siendo directores de juego, si nos resistimos con el personaje, el jugador puede frustrarse. Un truco útil es que en que la tirada solo supere una fase del diálogo, aumentado el conflicto.
Un ejemplo simple:
Un personaje quiere que un rey enano envíe tropas para defender a un pueblo. Sin embargo, el rey enano, anteriormente ultrajado, quiere primero que el personaje reconozca en público la superioridad de los enanos. Admitir esto por parte del personaje implicaría que parte de sus aliados le repudiasen.
Consejo #3: Interactúa con el entorno
Las conversaciones que estimulan los sentidos hacen que los jugadores estén más atentos. Es muy sencillo perderse en una actividad intelectual como una conversación verbal. Sin embargo, cuando empezamos a pintar un escenario con acciones e interacciones fundamos el diálogo en un entorno físico.
Hay muchas formas de que el entorno influya en el diálogo. Algunos ejemplos: un dignatario que recibe al grupo de personajes puede tocarse con compulsión su anillo. Ese anillo podría tener un sello que han visto en otro lugar. El fuego de la chimenea podría tornarse violento, alertando a los vampiros. También podría tratarse de un personaje sintiendo la brisa en su viento y contando cuán de importante es ese paraje para él.
Lo que sí es cierto es que funciona mejor cuando el entorno añade dramatismo. La situación se vuelve más interesante si ciertos objetos amenazan a los personajes o son valiosos. Podemos añadir más imágenes con estos objetos. Sin embargo, en general es mejor que los objetos den más posibilidades a la situación.
Un ejemplo más:
Un personaje comienza a hablar con el sheriff, y este último saca de su cajón dos cuchillos. El sheriff es amante de la caza y este comienza a afilarlos mientras habla con el personaje. La naturaleza de esa acción ya capta la atención del jugador, al mismo tiempo que introduce una posible amenaza.
Consejo #4: Aprende a sintetizar
Como decía Shakespeare, “la brevedad es el alma del ingenio”. ¿Cómo conseguimos que el diálogo sea interesante? Cortando todo lo que sobre. La novela ideal no malgasta palabras. Del mismo modo, las conversaciones interesantes con el personaje seguirán esta consigna.
Eso no significa que todos los personajes tengan que ser cortantes o lacónicos. Tal vez un charlatán diese un contrapunto en determinadas situaciones. Esto requiere de un poco de esfuerzo, porque tenemos que medir lo que decimos. La pregunta clave a la hora de intervenir sería: “¿esto que voy a decir aumenta o disminuye el interés?”
Un ejemplo simple:
“—No voy a ayudaros a menos que me deis lo que quiero. Necesito la espada de Nuln. Si me la traéis, os daré ese ejército.
—No podemos traerte dicha espada, dicen que ha sido destruida.
—¿Lo dicen? Sin espada no hay ejército.”
Las conversaciones interesantes son todo un arte
Si ya son difíciles en la vida real, siendo un personaje pueden llegar a serlo más. No obstante, este tipo de diálogos nutren de buen roleo a toda la partida. No es necesario que sean constantes, pero un par de escenas con conversaciones interesantes dan muy buen sabor a una sesión.
¿Qué herramientas usas tú para darle interés a una conversación durante una partida? Hay muchas formas, seguramente tantas como jugadores y jugadoras de rol. Creo que merece mucho la pena invertir tiempo en conseguirlas.
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