Según The Alexandrian, la preparación inteligente intenta sacar el máximo valor de nuestra preparación. Esto implica que intentaremos no desperdiciar tiempo preparando. Comparada con una partida de baja preparación o sin preparación, esta preparación siempre intenta añadir calidad a la partida.
Como es obvio, en teoría todo puede ser improvisado. Por ese motivo, la preparación inteligente se centra en cosas que añadan valor por el hecho de ser preparadas. Esto último variará mucho en función del tipo de aventura, del director de juego (DJ) y de los jugadores involucrados.
Un buen uso de la preparación inteligente
Una mala preparación sería aquella donde sacamos el mismo resultado invirtiendo diez horas que una. Por supuesto, puede haber disfrute preparando cosas aún cuando no se usen en partida. Sin embargo, en este caso hablamos de preparar para luego disfrutar más durante la partida.
Es conveniente tener en cuenta que diez horas preparando pueden añadir más valor que una. Pero esas nueve horas adicionales pueden añadir muy poco valor proporcionalmente. En ese caso, necesitamos entender la preparación inteligente como algo que se enfoca en maximizar el valor.
Por otra parte, este tipo de preparación no solo trata de preparar contenidos. La preparación puede también servir para mejorar la experiencia de juego. Aunque la preparación inteligente agiliza el proceso de preparar, no significa necesariamente una preparación rápida.
¿Cómo hacer una preparación inteligente de una partida?
En principio, todo lo que podamos improvisar con soltura no cae en esta preparación. Esto dependerá en última instancia de nuestras fortalezas como director de juego. Y, seguramente, estas necesidades de preparación variarán a lo largo del tiempo. Podría tratarse de preparar las fichas de enemigos, las piezas clave de información, o las agendas de cada uno de nuestros PNJs.
Todo ello siempre teniendo en cuenta que luego mejore nuestra partida. Es decir, si luego no utilizamos lo que hemos preparado y acabamos improvisando, habremos malgastado tiempo. También hay que tener en cuenta que ciertas cosas que preparemos pueden ayudarnos luego a improvisar. Por ejemplo: si recordamos los principios de la ambientación, será más fácil reaccionar en mesa a lo que sucede.
Debemos también reconocer que algo no tiene valor solo porque nos haya llevado tiempo prepararlo. Habrá ciertas cosas que consuman mucho tiempo y que luego tengan una repercusión marginal. En este caso lo mejor será la experiencia y figurarse cómo será la partida.
No malgastes tiempo
Cierto “malgasto” es inevitable, se trata de reducirlo. Cada minuto que empleamos en preparar cosas que no se llevarán a partida lo estamos perdiendo. Este principio se basa en que la preparación de una partida sirve para mejorar la partida. En ese caso, necesitamos figurarnos cómo va influir en la sesión lo que preparamos.
Por ejemplo: leer algunas partes del manual (o el manual entero) ayudan a tener más soltura jugando y dirigiendo. Esto claramente lleva un tiempo, pero suele ser algo que se hace antes de comenzar a jugar al juego. Ahora bien, si no nos acordamos de lo que hemos leído habremos malgastado el tiempo.
Un ejemplo casi universal de mala preparación es preparar contingencias. Se basa en crear complejos diagramas de flujo donde intentamos predecir todos los movimientos de los personajes. Otra forma negativa de dirigir consiste en forzar a los jugadores a seguir un curso determinado. De esa forma, conseguiríamos utilizar lo que hemos preparado, pero negaríamos la agencia de los PJs.
Por tanto, no se trata de forzar un curso o preparar cualquier decisión. Se trata más bien de identificar la probabilidad de un determinado curso de acción. Esta actitud presupone un conocimiento previo de los personajes y sus jugadores. Si bien requiere de un esfuerzo, nos dará dividendos durante el resto de las aventuras.
La preparación para aportar valor
Si los PJs toman decisiones que nos dificultan seguir aportando valor, nos ha faltado preparación. De esa forma, la preparación viene a suplir dificultades que mantengan orgánica la narración. Si cuando nos toque intervenir no sabemos qué decir significa que necesitamos mejorar nuestra preparación.
En general, todo lo que nos ayude a reaccionar de forma interesante es una buena preparación. Por ejemplo: saber qué es lo que está sucediendo en la región y quiénes son los responsables. Gracias a esto, conseguimos que cada interacción de los PJs tenga una respuesta consistente.
Principios de la preparación inteligente
Como hemos dicho, este tipo de preparación intenta maximizar el valor. También se caracteriza por no ser redundante, es decir, todo lo que se pueda realizar sin preparación no caería aquí. Unos cuantos principios de la preparación inteligente son:
- Cosas difíciles de improvisar.
- Elementos que mejoren la improvisación.
- Aspectos que merezca la pena pensarlos detenidamente.
- Elementos que sean reciclables y de uso flexible.
Todo ello para que se utilice en algún momento en partida. Si los jugadores no experimentan nada de lo preparado, no tiene valor. A lo sumo, tendrá un valor para quien lo prepare, pero los jugadores nunca lo disfrutarán.
Vamos a echar un vistazo a cada principio:
Cosas difíciles de improvisar
Hay ciertos elementos mecánicos o narrativos que cuesta crearlos al vuelo. Es posible que improvisarlos den un efecto aceptable, pero si los preparamos serán mejores. Esto creo que es especialmente importante en partidas de rol de investigación.
En este tema yo he tenido ciertas complicaciones. En principio, yo empezaba a preparar algo, pero me contentaba con lo primero que se me ocurría. Sin embargo, esto sería lo mismo que improvisar. Solo añadiríamos valor si no preparamos lo primero que se nos ocurra, sino que le damos alguna vuelta más.
Al mismo tiempo, ciertos encuentros requieren de preparación si queremos mejorar la experiencia. Esto se puede ver claramente con combates donde el equilibrio es necesario. Sin embargo, tenemos que tener en mente que el tiempo invertido realmente luego compense en la partida.
Elementos que mejoren la improvisación
En un artículo anterior (tercera sección) hablé sobre este tipo de técnicas. En él Vincent D. Baker nos decía que ciertos principios pueden ayudarnos a improvisar. Por ejemplo: si sabemos que un PNJ es codicioso ya se nos abre todo un espectro de acciones y reacciones con este.
Cierto conocimiento sobre la partida nos da ideas preconcebidas del mundo. Estas ideas nos facilitan la improvisación porque creamos a partir de ellas. Sin embargo, si no tuviésemos esas ideas, primero tendríamos que improvisar esas ideas y luego improvisar desde ellas.
Hay una consecuencia bastante común de conocer bien una ambientación. Conocerla implica de algún u otro modo tener más facilidad creativa al improvisar. Esto también puede extrapolarse al género, creando así situaciones del género con mayor facilidad.
Aspectos que merezca la pena pensarlos detenidamente
Aquí no solo entraría cosas difíciles de improvisar. Tal vez sea importante comprender bien el tema de nuestra campaña para contarla mejor. O incluso podría necesitarse un buen análisis de los PJs y cuáles son sus fortalezas como grupo. La parte “que merezca la pena” es muy subjetiva, pero enfatiza en el hecho de que luego aporte realmente valor.
Al mismo tiempo, nosotros como máster deberíamos saber qué queremos contar. Hay ciertas preguntas que invitan a pensar detenidamente la preparación. La idea aquí es pensar ciertas cosas que nos dejen claro qué queremos. Otros ejemplos serían: “tenemos 4 horas para jugar, ¿cómo enfoco la partida?”, “hay un jugador que no puede venir, ¿debo cambiar algo?”.
Elementos que sean reciclables y de uso flexible
Este es uno de los pilares de la preparación inteligente. De hecho, es bastante necesario si no queremos quemarnos al preparar una partida tras otra. Una ficha de enemigos para combatir puede ser una plantilla. De esa forma, los subsiguientes enemigos pueden ser variaciones de la plantilla original.
Preparar localizaciones por módulos también ayuda a reciclar (y al mismo tiempo son flexibles). Un castillo puede tener “sala de reuniones”, “establos”, “barracones”, “celdas”, “sala oculta”, etcétera. Estos módulos del castillo pueden utilizarse para un gran número de localizaciones. De ese modo conseguimos reciclar nuestro material preparado.
Lo mismo sucede para personajes. Si sabemos la función de nuestros PNJs, conseguimos separarlos por módulos. Si necesitamos un PNJ con la función “facilitador” o “antagonista” podemos introducirlo en muchas situaciones. Al mismo tiempo, ciertos aspectos de su ficha podrían utilizarse para otros momentos.
No obstante, ante esto tenemos que tener en cuenta un aspecto importante. Courtney Campbell lo llama el “Ogro Cuántico”.
El caso del “Ogro Cuántico”
Este caso es una forma sutil de ilusionismo que deriva en encarrilamiento (railroading). Aquí el DJ fuerza a los personajes a experimentar un encuentro con un ogro tomen la decisión que tomen. Si van al bosque, se encuentran al ogro. Si van a las montañas, se encuentran al ogro, si van a las alcantarillas, se encuentran al ogro…
Se trata de una forma de narrar muy parecida al diseño de islas. En ese diseño teníamos preparados encuentros y elementos y los íbamos introduciendo conforme los PJs se movieran. El ogro es lo que hemos preparado… ¡Así que se tienen que enfrentar al ogro!
Esta forma de reciclado y flexibilidad puede atentar contra la agencia de los PJs. Por ese motivo, conviene hacerse preguntas del tipo: “¿estoy intentando forzar un encuentro con el ogro? ¿O más bien el encuentro se deriva lógicamente de las acciones previas?
Preparación inteligente para disfrutar
Dicho esto, hay muchos directores de juego a los que les encanta preparar. No piensan tanto en si va a resultar útil pero esa preparación les resulta muy agradable. Igualmente, creo que cierta preparación “no utilizable” también ayuda de alguna forma a dirigir mejor la partida.
En el caso de la preparación inteligente, nos centramos en maximizar el tiempo invertido. No importa cuánto tiempo estemos preparando, pero sí sería importante que esa preparación fuese útil. Por ese motivo, primero deberíamos de centrarnos en lo que realmente marque la diferencia.
¡Espero que te haya gustado este artículo! Ya sabes que puedes contactar conmigo en Twitter para hablar sobre temas roleros. Te invito a que también visites mi cuenta de Pinterest donde subo infografías e ilustraciones sobre juegos de rol y otros asuntos.
Muy interesante el articulo, la verdad es que me sentido muy identificado en ciertas parte (esa optimización del tiempo, que no solo me pasa en el rol). Como todo depende y varia mucho del tipo de mesa, jugadores y lo que estén buscando. Algo que me cuesta mucho improvisar a titulo personal es PNJ secundarios, contrabandistas, facilitadores, matones etc que no se queden simplemente en un esquema repetido. Gracias por el articulo y sigue así. saludos.
Muchas gracias BOL, me alegro de que te haya servido. Los PNJs secundarios son fastidiosos, desde luego, sobre todo hacerlos mínimamente interesantes. Muchas veces hay que centrarse en lo que más impacta y cuando podamos ir depurando los detalles :). ¡Muchas gracias por comentar!
Hola!
Muy interesante tu blog!
Yo tengo algo parecido a un método uno digamos… naturalista que se basa en facilitar que las cosas fluyan para no tener que imaginar en contra de la inercia que tome la partida. Me explico.
Me centro sobre todo en cuatro cosas:
-¿Qué está pasando? Es decir ¿qué es lo que ha ocurrido hasta el instante del comienzo de la partida? (Es la parte más relacionada con la trama)
-¿Dónde? Me imagino las localizaciones.
-¿Quienes? Pienso muy bien -es lo que más esfuerzo me ocupa- en los personajes no jugadores. Mis partidas son muy interpretativas y me esfuerzo en que los pnj’s sean profundos y auténticos.
-Imágenes inspiradoras. Nunca pienso una escena a priori pero sí que hay imágenes que me resultan inspiradoras y que son borrosas adrede para evitar que me marquen una dirección en el juego.
La clave está en que una vez comience el juego mi imaginación no tenga que ir contra la inercia de la partida. Tener en el punto de salida todos los elementos y dejar que ellos fluyan junto con las decisiones de los pj’s sin tener que forzar.
Y lo que sigue a continuación no lo reprimo por lo de “Rolósofo”.
Esto es algo relacionado con el concepto de Wu Wei del taoísmo que a menudo se traduce como “hacer no haciendo” y que se suele malinterpretar por “no hacer nada” cuando en realidad se refiere a actuar sin negar la naturaleza de las cosas sobre las que se actúa, evitando el “rozamiento” infructuoso que suele ocurrir al tratar de forzar las cosas para doblegarlas a nuestra voluntad tratando de que se muevan a nuestro antojo en contra de su propia esencia y albedrío.
¡Hola Cusa! Me gusta mucho el tipo de preparación que propones, al fin y al cabo tratas cosas universales y aplicables a muchas mesas. Me gusta el clásico “qué”, “dónde” y “quién”, luego creo que hablas un poco del “cómo” en las imágenes inspiradoras. Con respecto al Wu Wei, conozco un poco su filosofía, la iluminación del zen, satori y la doctrina del Tao. En efecto, fluir con los acontecimientos y aceptar el tipo de dinámica que se nos presenta en la mesa es algo que siempre va a ayudar. No digo que sea algo fácil, pero me parece una buena meta. ¡Muchas gracias por comentar y me alegro de que te resulte interesante!