A la hora de comunicarse mejor tenemos que tener en cuenta múltiples factores. Debemos asegurarnos de que nos han entendido, conectar con la otra persona, garantizar de que no se olvidarán de lo que les hemos dicho… Está claro que el ritmo o cadencia, el timbre, y el volumen de voz cumplen también papeles fundamentales.
Sin embargo, lo más importante es conectar con la otra persona. Tiene que haber una clara intención de transmitir y llegar al otro. Al centrarnos en el receptor y en cómo recibirá la información condicionaremos nuestra forma de comunicar.
Varios ejemplos de preguntas que encauzan nuestra comunicación:
- ¿Ha entendido la última parte? Si es así, ¿qué es lo siguiente que puedo decir que tenga sentido para él/ella?
- ¿Cómo puedo asegurarme de que he transmitido lo que quería transmitir?
- ¿Es lo que me responde algo acorde a lo que he querido transmitir previamente? Si no es así, ¿qué está fallando?
Una triple regla para comunicarse mejor en juegos de rol
La regla de los tres treses ayuda a este propósito. Su autor es el actor y director de cine Alan Alda. Son tres reglas que se compenetran entre sí para lograr una buena comunicación.
Estos consejos no nos harán por arte de magia comunicarnos mejor. Se trata de un proceso, como ir al gimnasio. Solo que comunicarse implica conectar con los demás y eso creo que es más satisfactorio. Al fin y al cabo, estamos constituidos para conectar con otras personas, a pesar de que muchas veces lo evitemos.
A continuación vemos la regla de los tres treses:
Di solo 3 cosas importantes
En cada intervención nos limitamos a decir solo tres elementos relevantes. Esto facilitará mucho la retención de la información. ¿Qué sentido tiene decir cosas que los jugadores no recordarán? Es verdad que en cuanto a la estética de nuestras descripciones pueden recordar cómo se sintieron (aunque no qué se dijo).
Veo esta regla también útil para componer la escena. A lo mejor esos tres elementos guardan relación entre sí y funcionan para equilibrarla.
Por ejemplo: ‘La sala está repleta de mutantes hostiles (1º). Hay una potente luz solar cayendo del techo que revela una salida al exterior (2º). En el sitio más alejado de la sala, hay un siniestro rehén que se fija en vosotros con una mirada misteriosa (3º)‘.
En ese ejemplo vemos cómo cada elemento sirve a los jugadores. No obstante, cada uno es distinto y por tanto requiere de una atención particular. Si continuásemos describiendo más y más elementos ‘importantes’ la escena se complicaría mucho y los jugadores desconectarían.
Dilo de 3 formas diferentes
Si hablamos sobre un elemento importante desde tres puntos de vista, nos aseguramos de que se comprenda. Al utilizar distintos ángulos damos más dimensionalidad al asunto. Partiendo de las tres cosas importantes, describimos cada una desde varias perspectivas.
La mejor forma de exponer y explicar es con el ejemplo, volvamos al anterior ejemplo:
- Mutantes: Los mutantes se comportan de forma desesperada (1ª). Su animosidad no resulta clara y algunos os piden ayuda con la mirada (2ª). Unos cuantos están gravemente heridos, como si hubiesen participado recientemente en una cruenta escaramuza (3ª).
- Cavidad abierta al aire libre: La luz del sol calienta toda la sala (1ª). Podéis ver cómo varias cuerdas con nudos intercalados sirven como ruta de escape (2ª). Parece que salir al exterior es algo muy peligroso por como los mutantes miran hacia la cavidad (3ª).
- Rehén: El rehén no es un mutante (1ª). No parece alguien bondadoso, desde luego, más bien un criminal (2ª). Aún así, da la sensación de que la mayoría de los mutantes le superan en maldad (3ª).
La idea consiste en profundizar en cada elemento con la finalidad de situar a los jugadores y darles opciones. Al mirar a cada elemento con una faz distinta conseguimos potenciar su libertad. Estos tres puntos de vista deberían ser los más importantes de cada elemento.
Repítelo en 3 ocasiones
Al repetir el mismo elemento tres veces conseguimos afianzar la información. La primera vez que lo decimos es un primer contacto, la segunda ya resulta familiar, mientras que la tercera revela su importancia. Esta regla es muy útil para comunicarse mejor debido a que se percibe claramente el énfasis en cada elemento.
Es evidente que no tenemos que repetirlo en la misma frase. Más bien se trata de comunicarlo de una forma orgánica donde esos elementos se repitan del modo apropiado. Si tan solo nos centramos en esas tres cosas importantes, esos elementos surgirán de nuevo de forma natural.
Un ejemplo de esto último conllevaría una reproducción de interacciones de PJs, por lo que es algo más complejo. No obstante, creo que la idea es fácil de entender. Durante nuestra escena o encuentro debemos enfatizar en esos elementos y repetirlos hasta asegurarnos que están presentes en la imaginación. Muchas veces no hará falta repetirlo exactamente tres veces. Hay ciertos elementos que impresionan inmediatamente, nada más mentarlos.
Comunicarse mejor en juegos de rol es ante todo practicar
Si quieres profundizar un poco más en el tema, te recomiendo este artículo donde hablo también sobre la comunicación. Una actitud de llegar a la otra persona, transmitiéndole nuestra energía, es de los pasos más importantes.
Creo que la clave está en un deseo genuino de conectar y no solo de ser escuchado, reconocido o incluso divertir. Los jugadores estarán en la misma frecuencia cuando se cree dicha conexión. Esto permitirá que todos los participantes puedan aportar creativamente con satisfacción para el resto.
Comunicarse mejor en juegos de rol es seguramente una habilidad no-rolera. ¿Crees que es importante? ¿Mejora mucho la experiencia? ¡Ya sabes que me tienes en Twitter y Google+ para hablar sobre este tema!