Hay bastantes razones para ser jugador y no director de juego. No todas son relativas a que para algunos sea más fácil. Algunas razones son debido a que mucha gente disfruta más siendo jugador que director. Por otra parte, no hay nada peor que un director de juego que está dirigiendo por obligación.
Estos no solo son casos donde alguien no se ve capaz de dirigir, está falto de ideas, o cansado de hacerlo. Controlar a un único personaje nos permite dotarlo de mucha más dimensión. Al fin y al cabo, un director de juego puede que controle a 5, 10 o 20 personajes en una sesión. No es algo habitual que los controle tan bien como si solo controlase uno.
Unas cuantas razones para ser jugador y no director de juego
A continuación vamos a ver algunas razones de peso para dejar el rol de director y abrazar a un único personaje.
Podemos ser más reactivos con el personaje
Cuando un director de juego controla a un personaje tiene un sesgo ineludible: él o ella también controla la situación. También hay juegos de rol donde los jugadores tienen más o menos autoridad narrativa. Bajo esas condiciones también tendrán ese sesgo. Eso provoca que uno pueda anticipar lo que le va a suceder al personaje, lo cual es algo difícil de manejar bien.
Muchos juegos dan toda la autoridad narrativa al director de juego. Gracias a ello podemos jugar a reaccionar sin saber lo que sucederá, lo cual es emocionante e inmersivo.
Tener al mismo tiempo el control sobre el personaje y sobre la situación nos llevará a escenas más estéticas, preciosistas, o funcionales; donde podemos redondear la escena. Sin embargo, la capacidad de reacción del personaje será menos espontánea, pues el jugador o director puede anticiparse a lo que va a suceder.
Mucho menos estrés
Cuanta más autoridad narrativa tengo como DJ, más responsable me siento del buen curso de la partida. No creo que sea un sentimiento aislado, más bien pienso que es bastante común. Es probable que esto suceda porque ahí el DJ actúa como proveedor del mundo y las percepciones de los personajes.
El DJ sería responsable porque tiene el control de los resultados y consecuencias. Esto puede provocar bastante estrés. No solo en la preparación, sino también durante la partida. El director de juego tendrá que adjudicar, caracterizar, manejar el ritmo… En ese sentido, como jugadores tenemos mucha menos presión.
Nos enseña a ser mejores directores de juego
Hay un dicho entre escritores: si quieres aprender a escribir, lee. Lo mismo sucede cuando queremos dirigir mejor partidas de rol. De las razones para ser jugador y no director de juego, es una de las más comunes entre gente que le gusta dirigir. A la hora de mejorar debemos saber qué se siente siendo jugador y así experimentar la dirección de otros.
Cuando hablamos en la mesa de juego lo hacemos para otros. Por tanto, el director de juego nos estará hablando a nosotros como jugador o jugadora. Al poder estudiar cómo, cuándo y de qué nos habla el director de juego, podremos mejorar al hablar a nuestros jugadores cuando dirijamos.
Nos ofrece muchos problemas a resolver
Ser jugador nos da muchas oportunidades para la resolución de problemas. Los jugadores se encuentran a menudo con conflictos, obstáculos, situaciones sociales, etc. El director de juego también tiene que resolver problemas, pero siempre puede eliminarlos con trucos narrativos o metalúdicos. Muchos roleros prefieren ser jugadores porque les encanta resolver problemas de toda índole.
Ejercitar el ingenio y la creatividad es algo muy atractivo para los jugadores con directores de juego obstructivos. Estos se centran en poner obstáculos a superar. Sin embargo, para DJs más centrados en la narrativa los problemas son conflictos, drama, tensión… Pues sin algún tipo de problema no existiría una historia. Como jugadores tendremos que utilizar nuestra imaginación y el conocimiento del personaje para superarlos.
¿Jugador o director de juego? ¿O ambos?
¿Qué te han parecido estas razones? ¿Hay alguna que te resulte familiar? Hay muchas más razones para ser jugador y no director de juego, aquí hemos hablado de algunas razones arquetípicas.
Los motivos para ser DJ son poderosos: autoría, divertir a los demás, reto creativo… Sin embargo, ser jugador tiene un encanto muy especial y además… ¡Somos necesarios! ¿Qué haríamos sin jugadores? Si quieres debatir conmigo sobre este tema ya sabes que me tienes en Twitter y en Google+.
“Nos enseña a ser mejores directores de juego” es suficientemente importante como para ponerte delante de la pantalla de vez en cuando.
A mí también lo que me pasa es que hay juegos con los que no tengo ningún problema para jugar, pero que no me terminan de gustar para dirigirlos. Por ejemplo, yo disfruto mucho con las campañas de Pathfinder que juego, pero no encajan en mi modo de dirigir porque no dejan de tener mucha carga táctica y de gestión de recursos (yo soy mucho más narrativo).
Los motivos que apuntas sobre “en función del juego” me parecen bastante esclarecedores. A mí también me pasa que con ciertos juegos prefiero solo jugar. ¡Muchas gracias por comentar Max!